La Salud Financiera es “aquel estado que posibilita que las personas sean capaces de manejar sus finanzas de manera adecuada, permitiéndoles hacer frente a sus gastos cotidianos, afrontar variaciones negativas en sus flujos de ingresos y aumentos desproporcionados o inesperados en sus gastos (tener resiliencia), lograr sus metas y aprovechar oportunidades para lograr su bienestar y movilidad económica” de acuerdo con la Política Nacional de Inclusión Financiera, emitida por el Gobierno de México.
La salud financiera contempla cuatro elementos: el manejo de las finanzas diarias, la resiliencia, la seguridad en el futuro financiero y el control.
el manejo efectivo de las finanzas diarias son los cimientos de una buena salud financiera, pues consiste en que una persona, o una familia, sea capaz de planear sus ingresos, gastos y ahorro para el futuro, esto a través de la elaboración de un presupuesto, y así evitar contraer deudas o, en su caso, pagar las cuentas a tiempo.
Al pensar en resiliencia se entiende como la capacidad de una persona para adaptarse, enfrentar y superar cualquier tipo de crisis económica que experimente. Este punto contempla las redes de apoyo financiero (créditos, seguros, red social) y también la preparación para los posibles contratiempos que puedan suceder.
Además, la seguridad en el futuro financiero es la facultad de las personas para lograr sus metas. Y el control se define como el grado de dominio percibido sobre la capacidad y confianza de influir en su situación económica actual y futura.
¡No dejes de lado tu salud financiera, revisa tu presupuesto regularmente, evita los hábitos que la merman, e invierte tu ahorro en un instrumento financiero confiable!
Fuente: PENSIONISSSTE (2022). Salud financiera, clave para el bienestar.